20060430

MI FOZ


Vi la luz de este día llena de silencio. El sol salió con ganas de agradar y el aire se esta quieto. Los pensamientos del día anterior revientan por las costuras de la cabeza. No dan tregua para la tranquilidad, ni el sosiego, ni siquiera se compadecen de mi entrega, en esta rendición sin condiciones, que hace de cualquier contienda un juego estéril. El mundo quiere prestarme los colores para iluminar toda mi vida interior. Y la verdad, no sé como se hace.
El futuro, que nunca supe muy bien de qué va y si tenemos algún poder sobre él, me da el mismo vértigo que asomarse a la foz de Arbaiun. Hermosa foz , que fue excavando el pacífico río Salazar durante millones de años. El río, que vio a mi bisabuela lavar en el río, y la bañó alguna vez, sigue pasando por la foz, arropado por las cortadas llenas de madroños, que vigilan los buitres y águilas, amarilleándose en sus hayas por los fríos que no la perdonan.
Tengo una foz metida dentro. Nunca tanto sentimiento hermoso ha podido causar tanto daño, como este corte limpio de cuchillo nunca blandido, como el que tengo. Mi vértigo, no se acuerda cómo funciona el pecho y el reloj que le marca la vida. Antes de que me engullan las aguas; negras aguas de la profundidad del tiempo, dejaré llevarme por las horas, minuto a minuto, por si flotando boca arriba veo llegar la luz que me ha de enseñar todo, incluso si hay esperanza. O el camino para seguir andando.
(Escritor: Ramón Gallego Gil)
(Ilustración: Com. Navarra)