Trópico de cáncer
Bajo tu falda,
entre tus muslos calientes
y el vientre desnudo,
guardas la noche oscura
y el sexo mudo,
sin madrugada.
Tus piernas uncidas,
se revuelven como dos bueyes
entre lo oscuro;
sin tener el oído presto
a algún conjuro.
Trópico siempre
Entre tus muslos, el aire
de mediodía,
lleva brisas de deseo
hasta mi orilla.
Y un mar de sinrazones
que rompe presto
a bañar mi frente ardiendo,
y yo… me pierdo.
La brisa no mueve
los altos chopos.
El valle queda paralizado
por el bochorno.
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