20090915

TRES ERAN TRES Y TODAS CONFORMES







En el siglo XVII los cánones de la belleza y el gusto por la imagen propia en la mujer eran compatibles con una buena ingesta de carnes y tocinos. La salud de las mujeres eran una buena garantía para la maternidad y para la relación de pareja. Lejos de su exposición, las carnes permanecían ocultas por faldas, enaguas, refajos y tantas prendas como fueran necesarias para cubrirse de las inclemencias del tiempo y de las convenciones sociales. Tan importante era estar saludables conforme a la medicina del tiempo, que no se reparaba en los problemas del colesterol, como garantizar que el amante encontrara en cantidad suficiente magras y prietas carnes con las que encenderse y despues apagarse con la pasión cumplida.


Ahora los modelos que nos ponen de belleza estan muy apartados de las Tres Gracias de Rubens ( para una de ellas había posado su mujer) y si cabe tambien, se apartan de la femineidad más elemental: secas, nervadas, musculosas, varoniles a veces. Quizá no esten muy lejos de estos modelos de belleza de ahora, (que mas parecen efebos o adolescentes, como los que al parecer frecuentaban algunos patricios de Roma o algun Califa medieval), las aficiones de los modistos que marcan tendencia en la moda con confesada homosexualidad. La aversión a las mujeres puede engendrar monstruos.
Es curioso como se hace la representación de las Gracias por Rubens, las tres en corro y en concordia, y la que hace el fotógrafo que recoge la foto con las tres modelos independientes y en discordia. ¡Oh témpora, oh mores! que dijo aquel...


Creo que en el término medio está la virtud, y desde luego en la salud de la mujer, que no demanda ningun tipo de exceso. Q.Ko.

No hay comentarios: