20050905

LA VUELTA DE LAS ABUBILLAS


En el pequeño parque que tengo enfrente ha vuelto a cantar la abubilla. Cuando yo era chico también le llamábamos cuclillo. Con el calor de estos meses se dedica a hacer las funciones de la reproducción. Su bu-bu/ bu se oye una y otra vez marcando las distancias de su mundo. Mientras, echada en el patio, una gata dormita haciendo ver como siempre, que ya esta de vuelta, de todo. Los jilgueros, mirlos y gorriones hacen su vida, charlan de sus cosas y hoy no ocurre, como ocurre otras veces, el sentir cómo pasa un zoquete montado en un ruido.
En Londres, no muy lejos de aquí con las distancias de hoy, gente pacífica sigue con la pesadilla que empezó con la expansión de los gases de unas explosiones. En el Reino Unido, la misma gente pacífica que se manifestaba en contra de la guerra, no llega a entender como circula la inteligencia en las alturas, donde se decide sobre sus vidas. Aquí en este país, aún vuelven las abubillas recordándonos con su bu-bu/bu, que la vida es siempre la misma, que vuelve a su normal discurrir si la dejamos tranquila. La paz es solo una situación bajo condición suspensoria: en cualquier momento queda alterada por la decisión de alguien que quiere mover nuestras conciencias a costa de nuestra vida. No suelen oír a los poetas que dicen como Mahmud Darwish: “Una gota de mi sangre lloró / temblé.../ El jardín duerme en mi lecho.” Si se escuchara más a los poetas no haría falta negociación.
En el Reino Unido también anidan las aves, como lo hacen en España y en Irak. Apenas tienen el sosiego del silencio de las bombas, vuelven a recoger los materiales para hacer el nido. En el hueco de un tronco, entre la espesura de un árbol que fue ignorado por la devastación.
Se volverá a ver a algún anciano sentado a la sombra, en una arboleda, mirando como desfilan las lamentaciones y escogiendo las palabras que deben dejar como herencia, para no repetir los mismos errores ya pasados.
El calor se extiende por nuestra tierra. El embotamiento y el agobio que produce se combaten a todas horas como uno mejor puede. Seguimos con nuestros trabajos, o con el descanso de unas esperadas vacaciones y recorre todo nuestro vivir el sabor amargo de la impotencia, el tremendo dolor por los que sufren. Hace tiempo ya dije en estas mismas líneas que tanto dolor no lo produce solo la locura, sino especialmente la desesperación.
En Escocia han acordado una de las mejores decisiones que cabía esperarse: no se subvencionará a parte de nuestra economía para facilitar la compra de productos de los países subdesarrollados. Esperemos que sea una realidad y no un objetivo fallido como lo de las limitaciones de emisiones de Kioto. Si tienen para comer, vestirse, ir a la escuela y curarse, estarán vacunados contra el fanatismo.
La abubilla despliega sus alas redondas encima del bosquecillo. Parece una gran mariposa rompiendo suavemente el aire para cambiar su entorno. Detrás, ocultos por la espesura, con las luces azules y rosas de sus minerales, y empapados en el tremolar del aire caliente, los Castillejos apenas se levantan en el horizonte. Hace millones de años eran roca pura derretida de volcanes violentos. Hoy apenas pueden ya con una escasa vegetación y sus rocas terminan verdeando sus líquenes en invierno. La naturaleza marca sus propios tiempos mientras nosotros jugamos a intentar cambiarlos. Convencidos como estamos que somos los dueños y señores del mundo. Bien pensado, y aunque solo sea a otra escala, debemos ser como la abubilla que vuelve una y otra vez a reproducir sus ciclos vitales. Hacemos ruido, humo, y destrucción a veces; sin embargo, al final, siempre, en todos los rincones de la tierra terminamos viviendo nuestra vida, y soñando, como decía Mahmud Darwish, cómo el jardín duerme en nuestro lecho
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Encina (óleo sobre tabla) RGGIL 1985

1 comentario:

Dolores_Danaher dijo...

Mi encina!!!!!!!!!!!!!!!

Volvamos al campo!!! volvamos a nuestro Inisfree!!!

Quiero volver a trepar a los olivos... aunque igual a ellos solo les gusta que los trepen niñas de 12 años y niños de 11 y de 7.

:)

Volveremos un fin de semana? Encenderemos la chimenea? Subiremos al "Castillejo"? Quiero comer paella en el campoooooooooo!!!