20060526

DE LA LÓGICA Y EL KAMASUTRA


El viernes pasado husmeaba entre las publicaciones de la librería que suelo frecuentar y observé algo curioso: en una de las mesas un libro, reedición exacta de una antigua edición de la Editorial Saturnino Calleja, titulado “Héroes del Cristianismo” se levantaba erecta, sobre su lomo inferior; dentro, las santos más diversos y de toda época venían relatados con un extracto de su ejemplar y austera vida cristiana. Permanecía toda esa relación de héroes encima de otro libro, un gran libro con preciosas pinturas, ricas de color y sensualidad, con el delicado gusto hindú: hablaba del Kamasutra. Una mano inocente había colocado allí los dos, de tal guisa; sin advertir el resultado de la composición. Estuve pensando, comprendiendo el alcance de los dos; y aplicando la lógica no pude más que sonreír. Sí, la lógica, esencial para el razonamiento del hombre. La vida inteligente no es posible sin la facultad de razonar. Pero - como sabemos- no siempre se emplea la lógica para llegar a una conclusión. Sin ir más lejos y con el Kamasutra de por medio, sería lógico que, habiéndonos dotado la naturaleza - o los dioses todopoderosos- de una compleja red de nervios que sirven para traer y llevar al un cerebro -más complejo aún- las sensaciones que son recogidas por los sentidos, no hubiera tantas cautelas para su expresión; por el feliz resultado que trae. Los sentidos, creados para la vida, comunicación y acercamiento, mediando el sexo, nos dicen que no parece lógico se cercenen o ignoren las maravillas que comportan su correcto funcionamiento. La lógica lleva al disfrute de la naturaleza tal y como se creó, lo demás será todo lo que se quiera, pero no es lógico, y en consecuencia poco adaptado a razón.
Pero también es cierto que en esta vida, no es infrecuente que no se recurra a la lógica, tan necesaria para el razonamiento, y si al azar, a la ventura de que cambien los planteamientos. Es una especie de desafío, creer que uno es un genio y puede cambiar hasta la lógica de las cosas lo que mueve a alguno a prescindir de ella, y del razonamiento. Quizá no sepa que los auténticos genios fueron los que llevaron al razonamiento más simple y eficaz, a descubrir la razón más hermosa y permanente: la más sencilla. Lógica pura la asiste. Pero lo del orden de los libros que decía arriba es frecuente, no se vio en ese momento de que trataban, se dejaron juntos, sin más.
(Escritor: Ramón Gallego Gil)
(Ilustración: Jean Antoine Watteau- 1684-1721)

1 comentario:

Anónimo dijo...

...Lo complejo acaba siendo superado por lo simple...Como enseñaba Lee Jun Fan...